LA ALONDRA DE ORIENTE. (Parte X)

             El viento soplaba muy fuerte, derribando objetos y haciendo rodar muchos sombreros que al caer al suelo dejaban ver los pelos alborotados de sus dueños.  Los hombres vestidos de vaqueros caminaban orgullosos de mostrar su mejor par de botas bien lustradas.  Las mujeres bien maquilladas, perfumadas y portando sus mejores vestidos de colores llamativos se contorneaban al caminar.  El ambiente estaba lleno de risas, coquetería, enamoramientos y mucha disposición para disfrutar de la feria.  A nadie le importaba que las láminas de los techos resonaran con estruendo cada vez que eran sacudidas por el viento.  De pronto la lluvia cayo de forma cruel sobre todo el pueblo de Jutiapa y las personas que estaban en el campo de la feria corrían en diferentes direcciones tratando de encontrar un lugar donde protegerse de la lluvia para no mojarse.

En un instante la lluvia elimino toda alegría en el ambiente convirtiendo las calles en ríos de agua y basura que serpenteaban entre los puestos de ventas.  Los salones de baile y los puestos de comida se llenaron de personas empapadas que escurrían agua por donde caminaban.  

Sentada en un sillón y con la puerta de la sala abierta, Alondra observaba la lluvia caer.  El comité de la feria decidió retrasar la inauguración hasta el anochecer debido a la lluvia.  Alondra estaba nerviosa, esa noche sería la primera vez que cantaría en Jutiapa y mientras observaba la lluvia pensaba en que tenía que ser fuerte para no sentirse lastimada si alguien la ofendía cuando estuviera cantando.

Hilda ya tenía listo el vestido que Alondra usaría esa noche.  Manuel estaría siempre a su lado para cuidarla. Pensando en lo importante que sería esa noche en su vida Alondra se fue quedando poco a poco dormida.

“¡Alondra!”, grito Hilda.  “Te quedaste dormida.  Apresúrate, tenemos poco tiempo para que te prepares antes de que tu padre venga a buscarnos.”

La noche llego y Manuel esperaba afuera de la casa con el camión encendido.  Cuando Alondra salió Manuel pensó, “Que hermosa es mi hija”.  Alondra se había esmerado en su arreglo personal de tal forma que deslumbraba belleza emanando un agradable olor a rosas por donde caminaba.

Hilda estaba preocupada, “Alondra es muy bella y tengo miedo de que algún hombre borracho en la feria le quiera faltar al respeto.”

“No te preocupes, yo la estaré cuidando todo el tiempo”, respondió Manuel.

Cuando llegaron al campo de la feria el desfile ya había terminado.  Las autoridades locales ya habían dicho sus discursos y un grupo folclórico de bailarines estaba en el escenario.  La llegada de Alondra inquieto a todos los presentes.  Muchos estaban allí por curiosidad.  Otros se retiraron al verla llegar.  Pero Alondra sin importarle el murmullo de comentarios que su presencia desato, camino erguida y desafiante hasta subir al escenario.

El conductor del evento la presento, “Con ustedes un orgullo jutiapaneco, una mujer que está poniendo en alto el nombre de nuestro pueblo en toda Guatemala, una voz excepcionalmente prodigiosa y un talento que resalta su belleza, recibamos con un aplauso a LA ALONDRA DE ORIENTE.”

Alondra camino hacia el centro del escenario en medio de muchos chiflidos, gritos y aplausos.  No podía creer que hubiera gente recibiéndola con tanto jubilo.  Alondra tomo el micrófono y comenzó a cantar.  Su maravillosa voz opaco el sonido del viento, que avergonzado de hacer tanto ruido comenzó a disminuir su fuerza para esparcir suavemente el aroma a rosas que emanaba del cuerpo de Alondra.  Los reflectores de colores iluminaban la figura de Alondra con intensidad, siguiéndola a cada movimiento que realizaba.  El timbre de su voz excitaba los sentidos de los presentes, enardeciéndolos con su perfecta interpretación.  El público gritaba, aplaudía y cantaba junto a Alondra que brillaba como una estrella.

Alondra canto dos canciones, luego hizo una pausa y se acercó a la orilla del escenario para saludar a su público.  En ese momento sus ojos se encontraron con la mirada ardiente de Saul que la observaba apasionadamente.  Alondra sintió que los ojos de Saul penetraron intensamente su pecho haciendo que su corazón comenzar a latir aceleradamente.  Por un momento Alondra sintió que todo desapareció a su alrededor y en tres segundos observo a Saul de pies a cabeza, sin poder evitarlo dejo fluir de su pecho un suspiro pausadamente.  Y se sintió sonrojar cuando Saul abrió su boca y con movimientos conquistadores le dijo, “Eres una belleza que me ha robado el corazón”.  Alondra sintió una corriente eléctrica circular por sus venas, retrocedió dos pasos y recupero el control de su cuerpo. 

Alondra siguió cantando, su voz estaba en sintonía con la música, pero su cerebro y su corazón no podían dejar de pensar y sentir por primera vez lo que es el amor e inevitablemente se dejaba envolver por esa sensación cada vez que veía a Saul sonriéndole.

La presentación de Alondra fue un éxito, no tuvieron ningún percance y Alondra estaba feliz. Cuando bajo del escenario su padre le ayudo y sujetándola del brazo se dirigieron al camión donde Hilda los estaba esperando para regresar a casa.

Saul los había seguido sin que ellos lo notaran.  Al ver que Alondra se retiraba con sus padres comenzó a caminar por entre los puestos de ventas y al alejarse del campo de la feria se adentró en un callejón oscuro sin iluminación eléctrica.  Saul no tenía miedo porque no era la primera vez que caminaba por allí para llegar más rápido a su casa.

A la distancia Saul podía mirar la luz que iluminaba la calle al otro extremo del callejón.  Sin ninguna prisa seguía caminando y cuando ya casi llegaba al poste de luz que iluminaba la calle escucho una voz que hablo detrás de él, “Yo puedo sentir cuando el amor está cerca.  A ti te gusta Alondra y a ella le gustas tú.  Pero Alondra nunca será para ti, a menos que hagas lo que yo te diga.”

Saul se detuvo, empuño su mano izquierda mientras con la mano derecha sujeto un pequeño machete que llevaba pegado a su cinturón, “¿Quién eres? y ¿qué es lo que quieres? grito Saul.”

“Quiero ser tu amigo”, respondió la voz desde las penumbras, “Yo puedo entregarte a Alondra.  Yo puedo darte mucho dinero.  Lo único que tienes que hacer es decir “SI” y hacer pacto conmigo”.  Dijo la voz mientras una sombra pequeña y oscura comenzó a correr en círculos alrededor de Saul.

“Quieres a Alondra, has pacto conmigo.”  “Quieres a Alondra, responde “SI” y haz todo lo que yo te diga.”  Responde “SI”, responde “SI”, gritaba la sombra haciendo círculos mientras corría.  Saul sintió que le faltaba el aire y se estaba quedando sin respiración, cuando frente a sus ojos aparecieron imágenes de lo que podría ser su vida gastando mucho dinero, bebiendo alcohol y disfrutando de la compañía de varias mujeres.  Sintiendo que la sangre hervía en sus venas Saul grito, “Siiiiiii”.

CONTINUARA…

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