Probablemente hemos escuchado en alguna ocasión que el mundo es muy pequeño y como es redondo tarde o temprano volveremos a reencontrarnos con personas a las que no hemos visto en mucho tiempo por casualidad o coincidencias del destino. Alicia vivió en el mismo barrio que Eduardo, fue vecina de sus padres y muy amiga de la madre de Eduardo. Aunque Eduardo sabía que Alicia tenía una hija, nunca tuvo la oportunidad de conocerla, porque Alicia y su esposo vendieron su casa y se mudaron de ciudad meses después de que nació Nora. Sin embargo, Alicia se había mantenido en contacto con la madre de Eduardo, pero siempre llegaba sola cada vez que los visitaba. Aproximadamente, habían pasado más de cinco años desde la última vez que Eduardo vio a Alicia, por eso el asombro de Eduardo al reencontrarse con ella fue abrumante para él. Especialmente porque se trataba de la madre de Nora, que físicamente era idéntica a Ana y resultaba imposible que Alicia no lo supiera, porque la madre de Eduardo le había mandado fotos de su boda con Ana, después de que Ana murió.
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