COLORES DE OTOÑO EN PRIMAVERA (PARTE VI)

OTONO-34Con paso lento y sin saber hacia dónde ir, Eduardo caminaba con la tristeza aprisionada dentro de su pecho.  Sus pensamientos no coordinaban sus pasos ya que el sabía que no podía pedirle ayuda a ninguno de sus amigos.  Sin embargo, su cerebro instintivamente comenzó a guiarlo hacia la casa de Susana.  El camino era largo y las sombras de la noche comenzaron a aparecer por todos lados.  Eduardo camino por cuatro horas hasta que sin darse cuenta estaba parado frente a la puerta de la casa de Susana.  Quería tocar y pedir que le permitieran entrar, pero no se atrevió a hacerlo.  Eduardo tenía miedo al rechazo por parte de Susana.  También se sentía avergonzado por no tener nada que ofrecer.  Sintiendo pena por si mismo, se dejó abatir por el sentimiento de impotencia que había arrastrado entre sus pies, desde que salió de la casa de sus padres como una pesada carga.  Sintiendo que no tenía esperanza alguna de obtener la aprobación de sus padres para casarse con Ana, lentamente se fue deslizando sobre su espalda repesado en la puerta hasta quedarse dormido sobre el suelo abrazado a su mochila escolar.

OTONO-37La casa de Susana tenía amplios ventanales de cristal trasparente por donde penetraba la luz del sol, iluminando todo su interior.  Susana acostumbraba a levantarse muy temprano para preparar el desayuno, de esta forma podía comer todos los días con Ana antes de llevarla a la escuela.  Ana había plantado una variedad de rosas al frente y en la parte trasera de la casa, las cuales regaba siempre antes de desayunar.  Esa mañana cuando Ana abrió la puerta, se asustó al sentir que algo pesado caía sobre sus pies.  La expresión de su rostro fue de consternación al observar que se trataba de Eduardo.  Inmediatamente Ana llamo a Susana.  Eduardo se despertó cuando la puerta se abrió.  Después, al escuchar la voz de Ana quiso ponerse de pie, pero las piernas le temblaron y se quedó tirado en el suelo.

OTONO-30Susana llego en ese momento, ella aún estaba enojada con Eduardo ya que lo consideraba culpable de haber motivado a Ana a casarse con él.  Susana sabía que la decisión de casarse había sido de Ana, pero no lo quería aceptar porque le resultaba más fácil culpar a Eduardo.  Sin embargo, al verlo tirado en el suelo, con los ojos llorosos, el labio inferior partido y parte de su rostro morado como consecuencia del golpe que recibió.  El corazón de Susana se enterneció.  Eduardo se veía tan desvalido que el enojo que Susana sentía desapareció por completo.  En ese instante Susana lo vio como lo que realmente era, “Un niño queriendo convertirse en hombre”.  Susana se conmovió, así que acercándose a Eduardo le ayudo a ponerse de pie y lo abrazo.  Eduardo no pudo contener más sus sentimientos, y lloro.

Con la voz quebrada Eduardo dijo, “Me he quedado sin casa.  No tengo a donde ir.”  Susana lo abrazo tan fuerte que el sentimiento de empatía que nació entre ellos los unió corazón a corazón.  Desde ese instante Susana lo recibió como si estuviera recibiendo a su propio hijo.

Ese día se quedaron en casa.  Ana y Eduardo no fueron a la escuela.  Susana puso nuevas reglas, las cuales incluían que Ana dormiría en el cuarto de Susana hasta que se casara con Eduardo.

OTONO-39Los días pasaban rápidamente.  Sin embargo, la boda se adelantó dos semanas.  Ana se veía hermosa con su vestido blanco.  Era un vestido sencillo que resaltaba su belleza.  Su cabello estaba adornado con tres rosas amarillas.  En sus manos llevaba un ramo de flores de otoño amarradas con una cinta anaranjada formando un moño adornado con los colores de la primavera.  A petición de Ana, Eduardo estaba vestido de blanco con una rosa amarilla sobre su saco.

La ceremonia fue breve, no tuvieron invitados y se casaron teniendo como testigos a Susana y su amiga Irene.   Después de la boda se fueron de luna de miel un fin de semana completo a un hotel a diez millas de distancia de la casa de Susana.  Donde Ana y Eduardo se entregaron uno al otro con la pasión e inocencia del primer amor.

OTONO-32Los días siguientes estuvieron llenos de felicidad.  Con momentos íntimos donde Eduardo y Ana aprendieron a besar desbordando su amor sin límites.  Aprendieron a conocerse mutuamente para sentir y vivir su amor sin medida.   Aprendieron a ser uno solo en complicidad para bien o para mal.  Eduardo aprendió a defender, apoyar y cuidar a Ana en todas sus travesuras.  Ana aprendió a respetar y amar todo lo que Eduardo amaba y respetaba.  Aprendieron a comunicarse con la mirada, a desbordar todos sus sentimientos con el rose de sus dedos.  Aprendieron a enfrentar los conflictos del mundo con sabiduría y al llegar la noche aprendieron a sentirse plenamente envueltos en fantasía con sentimientos reales y profundos.

Susana también estaba muy feliz de tener a Eduardo con ellas.  Susana sentía que había recuperado la felicidad completa, como si Juan y Nora estuvieran vivos a través de la presencia de Ana y Eduardo en su casa.  Había ocasiones en que Susana se iba los fines de semana de paseo con su amiga Irene para divertirse con personas de su misma edad.  Así también les daba espacio a Eduardo y Ana para que pudieran disfrutar de su matrimonio con libertad.

OTONO-40Una noche que Susana no estaba, Ana preparo una cena especial.  Adorno la mesa con rosas que ella corto del jardín de la casa.  Se puso un vestido sugestivo que la hacía verse muy sensual, coloco velas alrededor del comedor y apago las luces.  Esa noche Eduardo y ella se compenetraron con la fuerza del verdadero amor y la pasión de la juventud.  Esa noche Ana quedo embarazada.

OTONO-38Con el paso de los días los síntomas de su embarazo se hicieron notorios, así que Ana se realizó una prueba que lo confirmo.  Eduardo estaba tan feliz que pensaba que un hijo complementaria su felicidad de forma eterna.  Susana resplandecía por la emoción de tener un bebe en casa.  Ana lloro de felicidad, porque Eduardo la hacía sentir viva como jamás lo había sentido antes.  Eduardo enervaba sus sentidos hasta hacerla explotar en éxtasis.  Al lado de Eduardo se sentía segura, fuerte, amada y un hijo era la confirmación de que su amor duraría para siempre.

OTONO-41El matrimonio de Ana y Eduardo no fue un impedimento para que ellos continuaran sus estudios.  Ana comenzó a tener control médico regular y casi al final de su tercer mes de embarazo el doctor les dio una gran noticia, “Ana estaba esperando gemelos”.  Susana palideció al escuchar lo que el doctor dijo, ella nunca le conto a Ana que ella había tenido una hermana gemela, la cual murió el mismo día que murieron sus padres.  Susana considero que no era necesario que Ana lo supiera ya que el cuerpecito de su gemela muerta nunca apareció.  Y aunque ese hubiera sido la ocasión oportuna de contarlo, Susana prefirió no decir nada.

OTONO-29Ana y Eduardo celebraron la noticia con mucha alegría.  A partir de ese momento Eduardo extremo sus muestras de amor y cuidados hacia Ana. 

OTONO-18Ana no dejo de asistir a la escuela. Ya casi al final del ciclo escolar cuando se encontraban en exámenes finales, Ana estaba contestando el examen de historia cuando sintió que se humedecieron sus piernas, llena de vergüenza grito causando el asombro de sus compañeros de clases, “Creo que me orine”.

CONTINUARA…

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