HAPPY BOY (Parte IV)

HAPPY-03Los ojos de la Muñeca se abrieron enormemente, fascinados con el interior de la casa.  Todo el primer nivel era una pista de baile con piso de cerámica color gris.  Las paredes estaban pintadas de color lila y cubiertas por múltiples flores de colores brillantes.  Del techo colgaban tiras plastias cubiertas de hojas verdes entrelazadas con luces de colores.  En el centro de la pista una enorme bola giratoria cubierta de lo que parecían ser pequeños espejos de color dorado.   A un costado estaba una barra donde se servían las bebidas alcohólicas.  El extremo opuesto estaba dividido en un pequeño escenario y una pequeña plataforma para DJ con dos enormes bocinas.  La pista de baile también estaba circulada por varias mesas y sillas donde las personas podían comer.

Era la primera vez que la Muñeca estaba en un lugar así, por lo que estaba fascinada observando todo lo que estaba a su alrededor.  De pronto sus ojos se toparon con unas escaleras de metal en forma de caracol que ascendían al segundo nivel, desde donde se podía observar toda la pista de baile.  En el segundo nivel había un total de diez habitaciones todas con un nombre distinto escrito en la parte superior de las puertas.

photo of stairs

La enorme casa tenia un tercer nivel con un total de diez habitaciones sin nombres en las puertas.  De pronto la Muñeca se sorprendió al observar que estaba en el tercer nivel, había subido sin percatarse de como lo hizo al estar abstraída en sus propios pensamientos descubriendo el interior de lo que se convertiría por algún tiempo en su nueva casa.  Apresuradamente la Muñeca bajo al primer nivel y camino hasta el centro de la pista, deteniéndose justo debajo de la enorme bola de cristales dorados.

Suavemente una melodía romántica comenzó a escucharse en todo el lugar.  La muñeca escucho la voz de Pablo detrás de ella diciéndole, “Te estaba esperando”.  Entonces ella se voltio al mismo tiempo que Pablo la sujetaba fuertemente por la cintura.  El contacto de las manos fuertes de Pablo sobre su cintura enardeció la sangre de la Muñeca.  Sin decir nada más, Pablo la comenzó a besar mientras se movían al ritmo de la música.

HAPPY-05Cuando la canción termino, Pablo levanto a la Muñeca entre sus brazos y la llevo a una hermosa habitación en el primer nivel.  Suavemente la acostó sobre la cama y tiernamente la convirtió en su mujer. Cuando ambos calmaron el frenesí que sentían uno hacia el otro Pablo le dijo, “Esta será tu habitación, tiene una puerta directa hacia la calle, así yo podre visitarte cada vez que quiera hacerlo.  Mientras estes conmigo, tu no vas a hacer trabajo de limpieza con otros hombres.  Yo te daré dinero y cuidare de ti.  Puedes divertirte en la pista de baile si quieres hacerlo, pero solo cuando yo no esté aquí contigo.”

La Muñeca escuchaba sin prestar atención a lo que Pablo decía.  Todos sus sentidos estaban abstraídos observando los movimientos fasciales de Pablo.  Lo rojo de sus labios le parecían a la Muñeca extremadamente ardientes y varoniles, sus ojos cafés de mirada tierna parecían envolver todo su cuerpo desnudo con ternura.  El sonido de su voz enloquecía y encendía sus sentidos de forma salvaje.  La muñeca estaba enajenada ante los encantos masculinos de Pablo que desde ese momento perdió su propia voluntad y comenzó a obedecerlo sin oponer ninguna resistencia a lo que Pablo pudiera pedirle.

man in blue dress shirt and black formal suit

Mientras la Muñeca y Pablo permanecían disfrutando de los placeres carnales en su habitación, las muchachas ya estaban en la pista de baile esperando a que llegaran los clientes del lugar.

Todas usaban diminutos vestidos de colores llamativos.  Zapatos de tacón alto.  Sus cabellos perfectamente peinados y abundante maquillaje en sus rostros.  Cada una de ellas usaba un perfume de aroma distinto.  Mientras en el ambiente se esparcía una pequeña nube de humo blanco con olor a incienso de lavanda.  Las luces principales se apagaban al mismo instante que múltiples luces de colores se encendían por todo el lugar.

La primera persona que entro al Happy boy fue una mujer joven, muy mal vestida, despeinada, que llevaba una mochila sobre su espalda.   Sin detenerse camino rápidamente al otro extremo de la pista de baile, para luego desaparecer entrando en una de las habitaciones del primer nivel.  Poco a poco comenzaron a llegar hombres de todas las edades.  Todos vistiendo sus mejores ropas y preguntando por la nueva mercancía que recién había llegado del otro lado de la frontera. 

women having a conversation at the party

Poco a poco la música fue subiendo de volumen, mientras algunas chicas se acercaban a los hombres para que las invitaran a bailar.  Había pasado un poco mas de media hora desde que la joven mujer mal vestida se había metido a una de las habitaciones.  Cuando de repente abrió la puerta de la habitación donde estaba y salió totalmente transformada.  Llevaba puesto un vestido de cuero plateado totalmente ajustado a la figura de su cuerpo, Zapatos de tacón alto color dorado, el rostro maquillado y el pelo suelto ondulado recogido en los extremos de su cabeza con ganchos plateados adornados con flores de color dorado.

De forma exuberante pero cadenciosa, camino hacia la pista donde comenzó a bailar de forma sensual cual sirena que busca atrapar una presa. Su nombre era sinónimo de experiencia entre las chicas del Happy Boy.  Algunas sentían envidia de ella porque tenia clientes adinerados que la buscaban con frecuencia. Esa chica en el trabajo de limpieza era conocida como “La Americana”.

Eran aproximadamente las diez de la noche, por lo cual las chicas acostumbraban a decir que la noche era aún joven y fresca, para divertirse y disfrutar de su trabajo de limpieza.  La Americana se encontraba en el centro de la pista bailando muy apretadito con uno de los hombres mas conocidos y respetados del pueblo.  Cuando sorpresivamente sintió una mano de mujer que la jalo fuertemente por los cabellos, mientras la abofeteada en la cara.  La mujer que la estaba agrediendo le grito, “Tu eres La americana, la prostituta barata que se acuesta con mi marido, eres una cerda apestosa que le gusta acostarse con los hombres ajenos.”

man and woman closing their eyes

El esposo de la mujer era el hombre que estaba bailando con La Americana, quien intentando calmar la situación quiso hablar con su mujer, pero ella soltando a La Americana le dio un fuerte empujón a su marido mandándolo al suelo donde mientras lo pateaba le gritaba, “Desgraciado, Infeliz, en la casa te espero.” 

Súbitamente la mujer se abalanzo otra vez sobre La Americana, sujetándola por el pelo mientras la abofeteaba repetidamente.  La Americana trataba de defenderse de las cachetadas que la mujer le estaba dando mientras luchaba por que la soltara de sus cabellos gritándole, “Vieja amargada, estas tan vieja y fea que a tu marido ya no le gusta acostarse contigo.  Estas tan vieja y arrugada que ya no puedes hacerle el amor a tu marido, porque seguramente estas tan acabada que ya no lo haces sentir nada, quizás ni a ti misma te gusta estar con él.”

Las palabras de La Americana fueron un combustible para los enfurecidos sentimientos de la mujer que la estaba agrediendo que comenzó a gritar, “Desgraciada, pervertida, a mi si me gusta hacer el amor, pero con mi marido, yo no me acuesto con otros hombres como tu lo haces, porque yo no soy prostituta y ahorita te voy a enseñar a respetar a los hombres ajenos, callejera, miserable.”

women fighting in a field

La mujer estaba tan enfurecida que con fuerza desconocida sujeto y arrastro a La Americana por los pelos hasta llevarla fuera del Happy Boy para aventarla en la mitad de la calle donde la estaban esperando otras tres mujeres amigas de ella.  Todas juntas como hienas voraces comenzaron a destrozar y arrancarle la ropa a La Americana que gritaba enloquecida pidiendo ayuda.  Mientras una de las mujeres que la estaba agrediendo se voltio para enfrentar a las chicas del Happy Boy con un machete en la mano gritándoles, “A la que se atreva a defender a esta pervertida, la parto en pedazos.”

Las mujeres no pararon hasta dejar a La Americana tirada en el suelo, desnuda a la mitad de la calle, con el cuerpo cubierto con polvo “PICA, PICA” y la advertencia de no volverse a acostar con los maridos de ninguna de ellas.

CONTINUARA…

Advertisement

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Blog at WordPress.com.

Up ↑

%d bloggers like this: