Hace algunos años leí una historia en un libro acerca de lo que pasaría si todos fuéramos millonarios y como referencia aprendí que eso es algo imposible de que ocurra, pero si pudiera ser posible entonces enfrentaríamos un serio problema porque ninguna persona estaría dispuesta a trabajar y producir los elementos necesarios para mantener el desarrollo económico, cultural, físico e intelectual que nos convierte en una sociedad. Por lo cual comenzaríamos a experimentar una escasez de todos los productos básicos necesarios para subsistir. Así como del desarrollo físico e intelectual de las nuevas generaciones debido a que todos trataríamos de disfrutar de los beneficios de ser millonarios, adquiriendo casas más grandes, comprando y consumiendo todo lo que quisiéramos, viajando a diferentes partes del mundo sin esforzarnos por ser productivos.
Pero como casi todos los recursos disponibles tienen un periodo de vida limitado, tarde o temprano nos daríamos cuenta de que a pesar de ser millonarios no podemos descuidar nuestras responsabilidades familiares, educativas o socioeconómicas. Entonces terminaríamos trabajando para poder mantener al mundo girando dentro de los parámetros normales de desarrollo y producción necesarios para seguir vivos. Pero siendo millonarios trabajaríamos de mala gana, sin disfrutar de lo que estaríamos obligados a realizar por la necesidad de mantenernos vivos.
La Pandemia de COVID-19 nos ha colocado en una posición similar a lo que sería el sueño dorado de todo “NUEVO MILLONARIO”. Es decir, no tenemos que trabajar. No tenemos que producir. No tenemos que servir a otras personas. No tenemos que salir de casa si no queremos hacerlo. Así que podemos dedicarnos todo el día a descansar, a jugar, a comer, a ver televisión, a escuchar música. Podemos organizar y celebrar todas las fechas importantes en nuestra vida y vivir de fiesta todos los días desde que amanece hasta que anochece.
Si, teóricamente en estos momentos muchas personas están viviendo una vida de millonarios “SIN DINERO” … Prácticamente están viviendo una vida donde el mito se ha vuelto una realidad para cada uno de ellos. Ya que no tienen que trabajar y se pueden acostar o levantar a la hora que quieran hacerlo. Sin embargo, no todos son felices porque siguen anhelando lo que no tienen, “DINERO”.
Hipotéticamente al ser todos millonarios, el dinero pasaría a ocupar su respectivo lugar dentro de las billeteras, bancos, cajeros automáticos o cajas de seguridad. Circularía de mano en mano al comprar constantes productos y servicios que pudieran satisfacer todo deseo humano. Y dejaría de ser un anhelo o una aspiración. Ya que todos tendríamos dinero en abundancia, aunque con el paso del tiempo ya no pudiéramos comprar estos productos y servicios, porque la producción global se detendría razonablemente cuando nadie tiene necesidad de trabajar.
Viviendo nuestra situación actual que, si “ES REAL” tarde o temprano vamos a experimentar una escasez de todos los productos y servicios necesarios para mantener una vida habitual o normal. Así, que tarde o temprano enfrentaremos la realidad de que no importa si somos millonarios o no. Porque para superar nuestra situación actual debemos cambiar nuestra manera de pensar y trabajar optimizando los recursos disponibles para generar riqueza o bienestar familiar y social.
El dinero es un medio utilizado para facilitar el intercambio de bienes y servicios. El dinero posee valor impreso que no expresa ninguna emotividad ya que solo es un medio creado para hacer la vida más fácil en sociedad. Claro está que el dinero nos ayuda de muchas formas y que si lo tenemos en alguna medida nos ayudara a experimentar un grado mayor de satisfacción personal ya que seremos capaces de cubrir todas las necesidades económicas que pueden afectan las relaciones familiares y sociales de todas aquellas personas que consideran que el dinero es parte fundamental de su estilo de vida pero que no lo poseen en abundancia.
Al meditar sobre la situación actual que estamos viviendo sin complejos de riqueza o pobreza podemos darnos cuenta de que muchas veces le damos una mayor importancia a la acumulación de riquezas materiales que a la educación y administración de los recursos que ya poseemos. Al educarnos en la administración de los recursos que tenemos podremos aprender a invertir y producir mayor riqueza en todos los aspectos de nuestra vida. Si estamos preparados corremos menos riesgo de disminuir el nivel de autosuficiencia personal, familiar y social que ya tenemos.
Recordemos que el dinero por si solo es incapaz de satisfacer nuestras necesidades de afecto, compañía, amor, comprensión y empatía al relacionarnos con otras personas. Entonces cuando nos enfocamos y ponemos todo esfuerzo en acumular dinero, indudablemente descuidaremos lo más valioso de nuestra riqueza y que se llama “FAMILIA”.
También debemos recordar que los deseos humanos son incontables. Por eso fácilmente nos podemos sentir frustrados al no poder satisfacer todos nuestros deseos. Así que en lugar de enfocarnos en aumentar la cantidad de dinero que tenemos, deberíamos de enfocarnos en generar riqueza en todos los aspectos de nuestra vida y dejar de preocuparnos por lo que no tenemos, para aprender a desarrollar los medios necesarios para llegar a alcanzar nuestras metas y materializar nuestros sueños.
COVID-19 es algo que surge de improvisto afectando nuestras posibilidades de controlar los aspectos externos que nos rodean. Haciendo tambalear nuestras aspiraciones al obligarnos a permanecer encerrados en casa. Posiblemente COVID-19 limita nuestro espacio de operación y acción, pero no limita de ninguna manera nuestra creatividad y deseos de superación. Por lo que deberíamos tomar ventaja de la situación para educarnos en línea y aprender un oficio o completar una carrera. Establecer un presupuesto y aprender técnicas para gastar menos y ahorrar. Investigar formas de inversión o generación de riqueza. Estudiar y aprender a desarrollar tus talentos para UTILIZARLOS en beneficio propio.
Recuerda que hay una gran diferencia entre vivir una vida de millonario donde todo te sobra y vivir una vida normal, con aspiraciones satisfechas, viviendo feliz de poder disfrutar de todo lo que hacemos sin escases de recursos y siendo económicamente libres. Esto se puede lograr siendo constantes en todo lo que hacemos. Superando los fracasos sin darnos por vencidos. Perfeccionando los medios utilizados para alcanzar nuestras metas actualizando el conocimiento que tenemos frecuentemente. Optimizando el tiempo disponible organizando todas las tareas por realizar. Trabajando con metas medibles sin descuidar nuestras familias.
La riqueza se puede incrementar en todos los aspectos de nuestra vida. Espiritualmente confiando en Dios y creyendo que a su lado todo es posible, desarrollando una Fe absoluta en El y en nosotros mismos. Económicamente no conformándonos con el estereotipo del empleado común que vive con un salario, sino con la visión de que siempre que nos esforcemos un poco más podemos incrementar nuestros ingresos utilizando los medios adecuados. Familiarmente cuidando y protegiendo a todos los que amamos, dedicándoles tiempo para jugar, divertirnos compartir con ellos o simplemente descansar y expresarles nuestro amor.
Así que recuerda que todo tiene su tiempo y su lugar de ser. Por ello Protégete a ti mismo siguiendo las normas establecidas para combatir la pandemia. Quédate en casa y aprovecha el tiempo para fortalecerte de tal forma que cuando llegue el tiempo de salir a enfrentarte nuevamente al mundo lo hagas con la seguridad de que triunfaras. esfuérzate por ser feliz, disfrutando todo lo que haces y agradécele a Dios o a quien tú quieras darle las gracias por la dicha de estar vivo.
Así que si estas disfrutando de una vida de millonario sin dinero, no te agobies por permanecer encerrado, piensa que lo haces por el bienestar de tu familia y por el bien común de la humanidad porque COVID-19 no es ficción. “COVID-19 ES UNA REALIDAD QUE ESTA DESTRUYENDO FAMILIAS”.
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