¿Qué es lo más importante? Fue una pregunta que surgió en medio de una conversación. Fugazmente los sonidos de las palabras que componen esa pregunta se fueron disipando nebulosamente en el ambiente, al mismo tiempo que se introdujeron en los pensamientos de todos los presentes en esa reunión.
La pregunta origino confusión y dio margen a nuevas interrogantes; ¿Lo más importante de qué? ¿para qué? ¿Por qué? ¿De quién? Parecía que todos estaban hablándose a sí mismos o quizás tratando de completar la oración encerrada entre los signos de interrogación, ya que su interpretación era incompleta, por carecer de sujeto.
Algunos se rieron, otros se enojaron, otros comenzaron a criticar que se había perdido la concentración del grupo y el concepto central de la conversación. Después de algunos minutos todos se callaron y mientras reinaba el silencio, yo le pedí a la persona que repitiera la pregunta de forma más específica, para tratar de darle respuesta.
¿Qué es lo más importante que puedo dejar en este mundo y llevar conmigo cuando deje de vivir?
La forma de expresarnos vocal o corporalmente dice mucho acerca de lo que estamos sintiendo o quizás hasta lo que estamos pensando, cuando las palabras que salen de nuestra boca llevan entonación profunda y las emociones se manifiestan a través de nuestra mirada con destellos provenientes del alma.
Algunas veces creemos que estamos obligados a dejar un legado que perdure nuestra existencia aun cuando físicamente ya no estemos en este mundo. A veces nos confundimos pensando que proveer significa trabajar desde que amanece hasta que anochece los siete días de la semana. Nos ofuscamos al asignarnos muchas tareas cada día, a veces más tareas de las que podemos realizar.
Cuando nos enfermamos el tiempo pasa lentamente frente a nuestros ojos, las horas trascurren apacibles dando la sensación de que el día es más largo de lo normal. Cuando estamos saludables nos movemos a toda prisa, trabajamos horas extras, queremos resolver cada uno de los pendientes que tengamos escritos en nuestra lista de tareas por realizar, entonces nos parece que el tiempo transcurre con demasiada velocidad y que las horas del día no son suficientes por lo que necesitamos seguir moviéndonos a toda prisa.
A veces, se nos olvida que cada día tiene veinticuatro horas, todos los días del año. Cuando eso nos pasa puede que nuestra percepción confunda la realidad con nuestros sueños o anhelos. Creando un conflicto de falta de identidad en nuestro “YO” interno o externo. Por lo cual creemos que todo está bien, aunque emocionalmente no sepamos quienes somos. Entonces, sin darnos cuenta nos perdemos a nosotros mismos en un mundo demandante y exigente, sobre el cual hemos dejado de VIVIR mucho antes de experimentar la muerte física de nuestros cuerpos.
VIVIR, es sentir, amar, experimentar, equivocarse, descubrir, soñar, bailar, sonreír, llorar, sufrir, trabajar, comer, pasear, etc.… Pero todo a su debido tiempo y en su respectivo lugar para que podamos volver a reencontrarnos con nosotros mismos, sin reproches, sin culpas, sin remordimientos, sin pendientes por realizar y sin sentirnos perdidos en un mundo que no podemos controlar.
VIVIR, es ser responsables, respetuosos, caritativos, educados, leales, honestos, etc.… Aprendiendo a no ser conformistas sino organizados. A no tratar de controlar lo incontrolable. A no dejarnos llevar por caminos fáciles, sino a caminar con justicia, luchando constantemente por respetar la propiedad ajena, aplicando sabiduría, perseverancia y amor al prójimo.
Así que cuando la oportunidad de comerte un helado, aspirar el aroma de una flor, caminar bajo la lluvia, jugar con tus hijos, disfrutar con tu familia y amigos, estudiar, viajar, sonreír, amar se presente en tu vida “NO TE DETENGAS” sigue los impulsos de tu corazón y se FELIZ.
Porque lo más importante que podemos dejar en este mundo es una sonrisa en el corazón y recuerdos de una vida feliz en la mente de todas las personas que hayamos conocido. Ya que sin importar que tan de prisa vivimos nuestra vida, al final no podremos llevarnos nada material. Porque lo más importante que deberíamos llevar con nosotros al partir de este mundo, son todas nuestras vivencias plasmadas en el ALMA y el conocimiento verdadero de saber que vivimos nuestra vida “DE LA MEJOR MANERA POSIBLE.”
Leave a Reply