El sonido del viento se mescla con tu risa como notas musicales que alegran mi vida. Tu rostro brilla como la brisa del roció de la mañana al ser iluminada por el sol. Te veo correr, saltar y bailar al compás de tu canción favorita que melodiosamente sale de tus labios.
Con la jovialidad de tus años, tiernamente tomas mis manos invitándome a disfrutar de tu compañía. Mi corazón rebosa de alegría porque tú eres parte fundamental y esencial en mi vida. Mis pensamientos se enfocan en la hermosura de tu rostro, mientras de mis labios se escapa un suspiro que nace en lo más profundo de mi corazón.
La luz del sol ilumina nuestro entorno. El campo esta verde coloreado por múltiples flores de relumbrantes colores. Yo sonrió por la certeza que tengo de saber que tú eres una extensión de mi propia existencia. El aroma de tu piel evoca mis memorias haciendo que te vea como un niño juguetón y travieso que con loca emoción se pega a mi pecho.
Que bella sensación al sentir la fuerza de tu abrazo. Mis ojos destellan al verse iluminados con tu mirada. Juntos reímos espontáneamente. Corriendo tomados de la mano por el campo. De vez en cuando nos detenemos para aspirar el aroma de las flores, dejándonos embriagar por la felicidad que nos envuelve.
Sin tiempo ni horario quiero hacer eterno este momento, pero tu mano se separa de la mía. Y de pronto me quedo estática, sin movimiento. Mientras tu sigues corriendo alejándote de mí, siguiendo un camino que conduce hacia el firmamento. No comprendo lo que siento y mirando hacia el cielo busco refrenar el miedo que tengo. Mientras tú te desvaneces poco a poco muy lejos de mí.
Grito tu nombre sintiendo la humedad de mi rostro, porque mis lagrimas caen al suelo. Todo se oscurece a mi alrededor. Entonces escucho tu voz resonando como eco en mi habitación, golpeando el interior de mi cerebro. Abro mis ojos y creo escuchar tu voz suavemente diciéndome “Te amo mamacita linda”.
Entonces me pongo de pie, esforzándome por no caer al suelo. Devastada por la ausencia de tu presencia. Esforzándome por obtener una desgastada fortaleza que se esfuma poco a poco desde tu partida. Luego limpio mi rostro colocando una sonrisa en mis labios, para olvidar que otra vez he despertado llorando, sintiendo como mi corazón te extraña hijo mío. Sin saber cuántos días más volveré a DESPERTAR LLORANDO.
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