IMAGENES DEL PASADO

IMAGEN-01Desde muy pequeño comencé a desarrollar diferentes trabajos.  Creo que tendría alrededor de los cinco años cuando le pedí a mi padre que me comprara una caja para lustrar zapatos, porque quería comenzar a trabajar y ganar mi propio dinero.  Me sentí muy feliz cuando mi padre me entrego mi cajita para lustrar zapatos.  Así desarrolle el oficio de lustrador por varias semanas durante las cuales fui muy exitoso, hasta que los lustradores de mayor edad me corrieron del parque central de mi pueblo, ya que se enojaron al observar como las personas preferían hacer cola y esperar a que yo les lustrara los zapatos.  Creo que eso ocurría debido a mi edad, ya que al verme tan pequeño las personas se sentían motivadas a darme sus zapatos para que yo se los lustrara.

Después siguieron muchos oficios diferentes con los cuales trabaje para obtener una remuneración económica. Hasta que un día mientras observaba a mi padre trabajar, mis ojos descubrieron lo que para mí se convirtió en el invento mas extraordinario que el ser humano haya podido desarrollar.  Me quede tan absorto, que de pronto sentí como si yo mismo me sumergiera en el interior de la fotografía que estaba observando. 

IMAGEN-02Mi padre fue comerciante, pero en el pueblo era más conocido por su oficio como fotógrafo del cubetazo.  Termino descriptivo por el echo de que las fotografías eran tomadas con una cámara de cajón y luego de ser reveladas, se sumergían adentro de una cubeta llena de agua para eliminar los residuos de los químicos utilizados en el proceso de revelación y fijación de la imagen.

Tal vez tendría como doce años cuando oficialmente mi padre me transmitió el oficio de fotógrafo.  Durante más de dos años estuve aprendiendo en diferentes lugares y aprendí diferentes técnicas fotográficas.  Desde entonces puedo pasar largas horas observando diversas fotografías, apreciando su aporte artístico, la técnica utilizada, el desarrollo de los colores, pero sobre todos esos aspectos el sentimiento plasmado en cada una de ellas.

Las fotografías guardan recuerdos de hechos pasados e incluso pueden transmitir sucesos futuros que no se han desarrollado, cuando las personas juegan con su imaginación y crean ilusiones ópticas de lo que ellos esperan alcanzar en sus vidas.

Si leemos la historia de la fotografía descubriremos aspectos muy interesantes.  Aspectos tal vez desconocidos por nosotros sobre la captura de la imagen a través de la luz sobre un trozo de papel.  Para mí, ser fotógrafo es algo más que un pasatiempo o una profesión.  Para mí la fotografía es ciencia y conocimiento.   Tal vez haya personas a las cuales les resulte irrelevante el querer conocer la historia de la fotografía por el hecho de que es algo tan común en nuestros días.  Algo que se puede producir en grandes cantidades a velocidades sorprendentes.  Algo que se puede almacenar por muchos años en dispositivos electrónicos y transportarse a diversos lugares en cuestión de segundos sin requerir un esfuerzo significante.

IMAGEN-03Pero más allá de los siglos que han transcurrido desde que se inventó la fotografía y de todo el proceso desarrollado para mejorarla a través del tiempo, hay otro tipo de fotografía que se ha venido desarrollando y permanecido oculto a la vista de los seres humanos, por ser imágenes plasmadas en el tiempo a través de descargas eléctrico-energéticas del cuerpo humano. 

Nuestro cerebro almacena todos los hechos de nuestra vida y muchos de ellos quedan guardados como fotografías por medio de las cuales podemos recordar en muchas ocasiones detalladamente las escenas de nuestras actividades durante los años que hemos vivido.  Cuando recordamos anécdotas o experiencias vividas también podemos volver a sentir las emociones experimentadas o los sentimientos desarrollados en el pasado. 

Hay ocasiones en que nuestro cerebro se combina perfectamente con nuestro espíritu poniendo en armonía todas nuestras emociones.  De tal forma que crea un pequeño trastorno prismático en nuestro sentido visual.  Dándonos como resultado la capacidad de poder revelar esas descargas eléctrico-energéticas plasmadas en lugares específicos de nuestra casa, oficina, escuela o sitios que estemos visitando.  Entonces podemos creer que estamos viendo fantasmas a nuestro alrededor cuando en realidad estamos observando imágenes del pasado.

Si observamos un álbum de fotografías con detenimiento.  Poniendo nuestra concentración total en las imágenes, los detalles, las acciones y los colores, podremos instantáneamente traer a nuestro presente los sentimientos atrapados como parte de los recuerdos en las fotografías, las sensaciones o emociones experimentadas que nos harán volver a vivir lo que ocurrió en esas fotografías.

IMAGEN-04De igual manera si tuviéramos la destreza de armonizarnos con el ambiente que nos rodea podríamos ver las fotografías plasmadas en el tiempo de nuestros seres queridos que ya han partido. Podríamos ver las acciones ejecutadas de nuestros antepasados.  Podríamos ver imágenes de nosotros mismos en nuestra niñez.  Tal vez esto les resulte interesante, porque a muchos de nosotros nos gustaría volver a ver, aunque sea por un instante a las personas amadas que ya han partido. 

Sin embargo, el observar las imágenes del pasado puede resultar más doloroso que productivo.  Porque el pasado está íntimamente ligado a la soledad, la nostalgia, la tristeza, la insatisfacción y el deseo de querer retener lo que ya no tenemos.

El pasado nos puede servir para reflexionar, pero no para vivir, porque el pasado ya está muerto y aunque las acciones se conserven plasmadas en el tiempo, son solo imágenes que no se pueden cambiar.  Y aunque seamos capaces de poder observarlas no las podremos tocar.  Es por lo que las imágenes del pasado son fotografías que permanecen ocultas a la vista del ojo humano, donde no le pueden hacer daño al corazón.

IMAGEN-05Las fotografías son recuerdos, son vivencias, son anécdotas, son tesoros en el tiempo que se deben guardar, porque día a día también se convierten en imágenes de nuestro pasado y en el pasado se deben quedar.  Así que la próxima vez que tomemos una fotografía no nos preocupemos por capturar sonrisas predeterminadas.  Tampoco posiciones perfectas.  Mejor concentremos en capturar espontáneamente nuestras acciones para vivir nuestro presente con intensidad, con felicidad, con el deseo de superar nuestros miedos, haciendo uso de la libertad que tenemos para amar y ser amados. De tal forma que nuestras imágenes del pasado puedan transmitir FELICIDAD en el futuro.  

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