LA NIÑA DE MIS OJOS (Parte II)
Con el paso de los días mis hijas comenzaron a quejarse de escuchar ruidos extraños al caer la noche, tratando de que ellas no se dieran cuenta de lo que pasaba yo siempre tenía una respuesta lógica para cada suceso extraño que ocurría. Sin embargo, ellas objetaban mis respuestas porque a pesar de que estábamos muy bien en la casa ellas sabían que no era normal lo que estaba ocurriendo.
Un día mientras ellas hacían sus tareas escolares y yo estaba en mi cuarto escribiendo, escuchamos el ruido de una puerta que se habría y cerraba con fuerza de tal manera que golpeaba la pared. Yo al principio pensé que alguna de ellas estaba haciendo ese ruido, entonces camine hacia la sala y las tres estaban viendo hacia el pasillo, una de ellas me dijo: -no somos nosotras. Entonces me dirigí hacia las habitaciones, pero no había nadie y todas las puertas estaban cerradas. Ese día acordamos que dejaríamos una lampara de noche encendida en todas las habitaciones. Yo les dije que no podíamos mudarnos a otra casa porque no contaba con los recursos necesarios para hacerlo. Ellas me respondieron que no querían moverse a otra casa y que no iban a tener miedo siempre y cuando no se quedaran solas de noche.
La vida familiar con mis hijas estaba llena de amor y diversión, pero también como lo he dicho en otras oportunidades vivíamos solo con lo básico y los problemas económicos que yo tenía que enfrentar para pagar todos los gastos de la casa eran muchos. Algunas veces me sentía frustrado y deprimido porque el dinero no me alcanza. La economía en el país no estaba bien a nivel nacional y de pronto me quede sin trabajo. La granja donde trabajaba no estaba produciendo lo suficiente para continuar pagando mi salario y el dinero que tenía ahorrado, solo me alcanzaría para cubrir los gastos más indispensables, pero no para pagar la renta, ese día estaba sumamente triste; entonces después de que mis hijas se fueron a dormir yo comencé a desarrollar un plan
para enfrentar la situación. Primero, debía hablar con el dueño de la casa para que me diera más tiempo para pagar la renta ese mes. segundo, llamaría a algunos amigos para que me ayudaran a encontrar otro trabajo. Tercero, buscaría algunas tiendas donde me pudieran comprar las piñatas que fabrico. Sin proponérmelo mis ojos se llenaban de lágrimas. Porque a pesar de todo lo que ocurría no quería que perdiéramos nuestro pequeño mundo mágico. Y comencé a hacer lo que siempre hago cuando estoy pasando por una situación difícil ¡Darme ánimos a mí mismo! frente al espejo. Así que, allí estaba yo hablándome a mí mismo cuando escuche que alguien me llamo, su voz era suave, casi inaudible. Entonces pase mi mano sobre mis ojos para evitar seguir llorando. Después camine hacia la sala. Allí escuche claramente que me decían “-Dad, dont cry” Pero no había nadie. Entonces caminé al pasillo y revisé una por una las habitaciones de
mis hijas; ellas se encontraban durmiendo tranquilamente. Por un momento pensé: – “Debió haber sido mi imaginación” Entonces cerré las puertas y me di la vuelta para regresar a mi cuarto, dejando la luz del pasillo encendida. Me senté en la orilla de la cama y de pronto la luz de la lampara comenzó a opacarse perdiendo su intensidad. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, porque a mis espaldas pude sentir como el peso de alguien apachaba el colchón mientras caminaba hacia mí. Sobreponiéndome a lo que sentía, me di la vuelta para ver qué era lo que estaba ocurriendo. La voz se escuchaba perfectamente clara diciéndome: -Dad, dad, dont cry I’m going to help you. La habitación estaba en penumbras, y entre sombras comenzó a surgir una silueta de pie sobre la cama y de frente a mi estaba ella mirándome con sus ojitos blancos, sin luz y sin vida. Su pelo alborotado, su vestido blanco con flores de colores, pero sumamente
sucio, sin zapatos, su boca era oscuridad, pero sus labios formaban una mueca retorcida que parecían estar sonriéndome. Mientras extendía sus manos, alzo los brazos como muestra de cariño para abrazarme. yo estaba paralizado por el miedo y podía sentir como mi cuerpo comenzaba a sudar. Ella dio un paso más sobre la cama para acercarse hacia mí y me llamo “DAD”. En un movimiento casi involuntario, extendí mi mano para tocar su pelo. Su carita incongruente y sucia, sin saber porque ¡Golpeo mi corazón! a pesar de que mi mano solamente toco el espacio vacío, mientras ella comenzó a desaparecer entre penumbras. Sin una explicación lógica, gruesas lagrimas comenzaron a correr por mis mejías, no sabía si era miedo, estupor o incredulidad lo que sentía, pero un calorcito en todo mi ser, transformaron esos sentimientos en ternura. Y deje de sentir miedo, tenía la seguridad de que sin saber qué fue lo que ocurrió ¡No estábamos en peligro!
Esa noche no pude dormir bien, escuchaba su voz en mis sueños llamándome “DAD” y veía su rostro cada vez que cerraba mis ojos. Así pasaron varias semanas sin poder dormir. Durante el día me sentía aturdido y perdía la concentración fácilmente en todo lo que hacía. Por las noches la temperatura de mi cuerpo subía y sufría de escalofríos debido a la fiebre tan fuerte que atacaba mi cuerpo. Y cuando lograba quedarme dormido, era para seguir soñando con ella. Con mis hijas ocurrió lo contrario;
ya que de pronto perdieron todo interés en los sucesos extraños que ocurrían de día o de noche dentro de casa. Parecía que no les importaba que las luces se encendieran y apagaran solas, que las puertas se abrieran y cerraran inesperadamente o que se escuchara el murmullo de personas mientras algún cuadro se desprendía de las paredes sin explicación alguna; ellas se veían felices de estar viviendo en esta casa y comenzaron a decir que era divertido vivir con un fantasma. Una noche, mientras sentía que mi cuerpo se quemaba, me quite las sandalias y camine descalzo hacia el pasillo, apagando todas las luces que estaban encendidas dentro de
casa. Cuando llegué al pasillo me senté de frente a la oscuridad y le dije: -Me siento enfermo, necesito dormir ¿Dónde estás? si sabes la respuesta ¡Dime! ¿Porque me siento así? Un viento helado toco mis rodias y un aliento frio roció mi rostro con sus palabras “Dad, I love you” Pude sentir como un frio extraño apretaba mi mano izquierda y me recosté sobre el piso porque un sueño profundo comenzó a apoderarse de mí. Cerré mis ojos mientras suspiraba lentamente y comencé a soñar.
CONTINUARA…
Leave a Reply