UNA LLAMADA QUE NO SE REALIZO…

La pérdida de un hijo es algo muy duro de superar.  Y para mi amiga fue muy difícil enfrentar esa situación el día en que ella cumplía años.  No, porque quisiera celebrarlo sino porque sin importar la distancia o las circunstancias su hijo siempre era el primero en llamarla.  

La ansiedad envuelve mi cuerpo, mientras mi Corazón late a toda prisa, es casi media noche, faltan solo minutos para comenzar un nuevo día.

Un día especial donde podre recibir mensajes llenos de alegría.  Todos me dirán “Feliz cumpleaños” pero hay un solo mensaje de texto que me alegría la vida…

No puedo definir si es ir en contra de la razón, porque anhelo tus palabras llenas de amor en los primeros minutos del próximo día.  Cada año, como siempre en el día de mi cumpleaños, quiero escuchar tu voz a través del teléfono repitiéndome “Feliz Cumpleaños madre mía”.

¡Qué ironía! Mis ojos ven pasar el tiempo en el reloj, mientras mi Corazón se niega a aceptar que ya no tengo más tu compañía.

¿Dónde está tu risa?  ¿Dónde está el sonido de tu voz?  ¿Dónde está esa llamada que espero todavía recibir antes de que salga el sol?

Las horas se han hecho largas, mis ojos se han quedado sin lágrimas, la luz del sol entra por la ventana y sigo esperando tu llamada ¡Que no se realizó!

 Mis rodillas tiemblan, no puedo seguir de pie.  Me inclino sobre el suelo y cierro los ojos para no sentir más dolor.  Elevo una súplica a Dios para encontrar consolación.

Un calor extraño me envuelve y con los ojos cerrados escucho tu risa que calma mi agitado Corazón.

Abro mis ojos y veo todo lo que dejaste a mi alrededor.  Entonces comienzo a sentir tu presencia en cada uno de los momentos que vivimos ¡Ya no estoy llorando! porque te siento en mi Corazón; invitándome a recordar que nadie se va para siempre, cuando nos unen lazos de amor y la promesa de que algún día nos juntaremos de nuevo en la eternidad me dará la fuerza para vivir en este mundo sin ti mi amor.

 ¡Seré paciente!  Esperare hasta el día en que te vuelva a ver y escuche tu voz llena de alegría diciéndome ¡Feliz Cumpleaños! al mismo tiempo que me envuelves en tus brazos, para no separarnos más.

 ¡Viviré feliz!  Porque tengo la certeza de que tu vives en mí, aun sin importar que cada día de mis próximos cumpleaños, siga parada de frente al teléfono, esperando esa llamada tuya que hoy, no se realizó…