PAZ PERSONAL

Yo no enseño religión, tampoco profeso perfección ni santidad.  Pero si me gusta compartir aspectos conceptuales y educativos que nos ayuden a obtener progreso espiritual, económico, profesional, académico o que nos ayuden a obtener satisfacción personal y felicidad en cualquier circunstancia que estemos viviendo.

Es por ello por lo que cuando aprendo algo bueno y digno de imitación, me gusta compartirlo por todos los medios posibles.  Con la intención de que las personas que lo reciban puedan ponerlo en práctica para su propio beneficio y el beneficio de todas las personas con quienes interactúen.

Cuando un cantante promueve una canción nueva y la escuchamos por primera vez, posiblemente no nos guste lo suficiente como para querer volver a escucharla con frecuencia.  Pero con cada ocasión que la volvemos a escuchar nos va gustando cada vez más.  Al grado de que la repetimos constantemente y puede que pase a formar parte de nuestra vida sin que nos aburramos de escucharla en todas partes, hasta que un día simplemente desaparece o es sustituida por otra canción de moda.

En la radio, la televisión, las redes sociales e incluso a través de nuestros familiares y amigos, escuchamos diversos temas que se repiten constantemente.  Temas que no nos incomoda volver a escuchar de manera repetitiva, por el contrario, nos gusta seguir hablando de lo mismo.  Algo similar ocurre con algunas películas que llegan a formar parte de nuestra manera de vivir y las miramos cada vez que podemos simplemente porque nos encanta volver a verlas, aunque pasen varios años en el olvido, pero no nos importa porque sabemos que en el momento que queramos verlas ellas están allí.

Los humanos somos seres vivos que nos desarrollamos en un medio ambiente repetitivo.  La repetición es parte fundamental de nuestra vida, ya que es a través de la repetición que creamos buenos o malos hábitos alimenticios, higiénicos, deportivos, familiares, religiosos, etc. Y puede que nos acostumbremos tanto a ellos que se nos olvida que esos hábitos buenos o malos existen en nosotros, por ello los repetimos automáticamente sin darnos cuenta de que están allí.

¿Cuántos de nosotros sabemos que la semana tiene siete días?  Que la semana laboral en algunos países tiene cuatro días y en otros tiene cinco, que el fin de semana puede tener dos o tres días.  Dejando por un lado esos pequeños detalles, lo cierto es que los días de la semana tienen nombres y que siempre antes de Lunes es domingo, que después de lunes viene Martes y así sucesivamente llegamos a viernes o sábado para luego comenzar nuevamente una repetición de los días de la semana de Lunes a domingo,  una repetición invariable a través del tiempo y la distancia que sin importar lo que ocurra en el mundo, los días de la semana se volverán a repetir sin dejar de existir en el orden acostumbrado.

Estamos tan acostumbrados a que el año tiene doce meses, comenzando con el mes de Enero y finalizando con el mes de Diciembre y que los años se cuentan de forma numérica ascendente.  Es tan común y obvio que el día tiene veinticuatro horas.  Por lógica o aprendizaje sabemos que durante el día vemos el sol y durante la noche vemos a la luna.  Cumplimos años siempre en la misma fecha.  De igual manera los días festivos siempre se celebrarán en las mismas fechas acostumbradas.

A muy temprano edad aprendemos que la tierra siempre girara sobre su propio eje, las estaciones del tiempo regresarán cada año en su debido tiempo y nos darán lluvia, nieve, calor, frio o granizo.  Y puede que si nos dejamos envolver en esta frecuencia repetitiva de la vida comencemos a vivir con mucha prisa, a generar ansiedad, a desarrollar estrés, a vivir para complacer círculos viciosos que solo satisfacen vanas aspiraciones y perdamos el enfoque de lo que realmente es importante en nuestras vidas.

Y si nos dejamos envolver por el ritmo repetitivo de la vida, podemos olvidar que los seres humanos somos únicos e irremplazables con la peculiaridad de que todos tenemos nuestros días de vida contados.  Así que, aunque sea común pensar que mañana seguiremos viviendo nuestras vidas de forma normal lo cierto es que conforme crecemos nuestros cuerpos mueren un poco cada día, las relaciones afectivas se terminan, los hijos crecen y se van del hogar, los adultos envejecen, los amigos se mudan a otros lugares y sin darnos cuenta compartimos menos tiempo con nuestros seres queridos.

Sin embargo, seguimos viviendo de forma tal que perdemos plena conciencia de que con el invariable paso del tiempo un día despertemos con un rostro arrugado, sin fuerzas en nuestras piernas para caminar, sin lucides de pensamiento o inmersos en la soledad y el vacío de nuestros propios recuerdos porque los humanos no somos eternos. Y puede suceder que el día de mañana nuestros seres queridos ya no estén a nuestro lado.  

Aspirar a tener abundancia material o libertad económica, es bueno siempre y cuando no nos requiera esclavizarnos a un trabajo por causa de deudas.  O que nosotros mismos nos restrinjamos la oportunidad de compartir momentos inolvidables con nuestros seres queridos.  Aprender a tener un balance en todos los aspectos de la vida es fundamental para encontrar felicidad, satisfacción y éxito en todo lo que hacemos.

Aprender a desarrollar PAZ PERSONAL es indispensable si queremos sentirnos felices con nosotros mismos.  Y la Paz Personal se obtiene a través de la Oración constante, el autodominio, la planificación de proyectos por realizar, el abstenerse de Compras innecesarias, la Diversión regular, el Compartir tiempo en familia, el Servicio desinteresado a otras personas.  La Paz personal llega cuando desarrollamos amor propio y tenemos éxito en la vida porque después de todo, el éxito se resume en hacer bien hecho todo lo que hacemos.

Quisiera invitarles a que, así como vemos una película o escuchamos una canción innumerables veces, aprendamos las enseñanzas del líder más grande que ha existido sobre esta tierra, las cuales se encuentran escritas en la biblia. Ya que, si leemos, compartimos y practicamos de forma repetitiva esas enseñanzas, encontraremos Paz Personal en un mundo tumultuoso. 

Hallar PAZ MAS ALLA DE TODO ENTENDIMIENTO en este mundo es posible a través del amor, la fe y la perseverancia, “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.  No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.” Juan 14:27.