
Hay ocasiones en que es mejor quedarse callado… EN SILENCIO, para no decir nada que pueda desatar una batalla interminable de palabras o herir sentimientos. Pero hay otras ocasiones en que quedarse callado sin decir nada, genera un sufrimiento silencioso que nos destruye por dentro y poco a poco nos mata el Alma.
Cuando llego a mis manos la carta que origino esta publicación, nunca imagine que al leer su contenido sentiría tanto dolor y tristeza en mi corazón. Las palabras escritas en esa hoja de papel fueron como dardos punzantes y agudos que tocaron lo más profundo de mis sentimientos. Por tal razón, después de leer completamente la carta no pude dormir por tres días seguidos, ya que no podía asimilar su contenido sin sentir tristeza o dolor. Después de algunos días tuve la oportunidad de estar frente a la persona que escribió la carta; al mirarle de frente no pude decir nada, las palabras se negaron a salir de mi boca, entonces camine hacia ella y la abrace fuertemente para que mi corazón le dijera a su corazón lo que las palabras no pudieron expresar… Sintiendo su dolor, en SILENCIO:
Despertar cada mañana tratando de sonreír, sin poder mirar hacia el cielo para preguntar ¿Por qué a mí? Me hace sentir culpable de lo que sucedió, sin razones, sin explicaciones, únicamente sintiendo dolor.
Abrir mis ojos al nuevo día me llena de temor, porque me siento perdida en un mundo lleno de falsas sonrisas donde secretamente debo ocultar mi desgracia, sobrellevando frente a todos una vida normal que hace muchos años me robo la INOCENCIA.
Mi cerebro y mi corazón viven en guerra constante cada vez que veo tu rostro acercándose a mi y siento tus manos aprisionándome envuelta en caricias lascivas, prohibidas por las leyes humanas ya que son una aberración ante las leyes de Dios. Quisiera gritar, llorar y pelear… Sin embargo, me quedo callada… Sufriendo en silencio el dolor físico que le ocasiones a mi cuerpo, mientras poco a poco me matas el ALMA.
¡Ya no se!, si es amor, obediencia o miedo aterrador que nulifica mis sentidos para dejarme llevar sin oponer resistencia a tus CASTIGOS. A mi corta edad no comprendo ¿Por qué me has robado la mitad de mis sueños? ¿Por qué me dices que merezco este castigo? Si yo no me porto mal. Como es posible que me tortures con tanto sufrimiento, sobre una cama donde día con día me destruyes por dentro, ultrajando mis sentimientos porque tú sabes que aun te quiero… PAPÁ.
Encerrada en la oscuridad de mis propios pensamientos, sufro este tormento en SILENCIO, mientras el mundo a mi alrededor gira con total normalidad. Sintiendo que la felicidad de la gente me hace daño, elijo al viento como el único testigo de tanto sufrimiento. Mientras camino de frente fingiendo una felicidad inexistente.
Sintiéndome fuerte después de muchos años en los que me has utilizado como tu juguete, he salido a la calle para gritar que soy una VICTIMA INOCENTE. Yo no pido VENGANZA, pido CLEMENCIA para que algún día pueda olvidar. Porque me niego a seguir callada, sufriendo en la oscuridad de tu mirada o esclavizada a tus horrendos castigos, apartando lejos de mi el SILENCIO que me TORTURA.
¡OH, DIOS! Envuélveme en tu gracia, porque no quiero morir en soledad cubierta de frio. Ya que he vuelto a sentir que el aire que respiro es otra vez LIMPIO…
Ninguna mujer debería sufrir ningún tipo de abuso físico. Ninguna niña debería sufrir el dolor de ser ultrajada. Pero si llegara a suceder, “QUEDARSE CALLADA”, no soluciona ningún problema, tampoco cura las heridas del ALMA. Especialmente si el abuso es cometido por la persona que mas amas. Lo mejor es buscar AYUDA Y DENUNCIAR para no vivir sufriendo en SILENCIO…
Leave a Reply