LA DUDA PUEDE LLEVAR AL FRACASO.

Al leer el titulo de esta publicación, puede ser que se enfoquen en el aspecto empresarial, académico o económico y llegar a suponer que van a leer sobre como alcanzar el éxito y la prosperidad en los diferentes proyectos que hayan emprendido.

Pero en esta oportunidad quiero pedirles que se enfoquen al leer esta publicación en como alcanzar el éxito con nosotros mismos de forma espiritual, física, intelectual y anímicamente para sentirnos protegidos de la pandemia y conservar el buen ánimo para seguir viviendo en medio de restricciones, normas y leyes que protegen la salud, de la manera más normal posible.

Desde que se desato la pandemia por COVID-19, los medios de comunicación nos han bombardeado con diferentes conceptos, posibilidades, desastres, remedios caseros, historias, soluciones, consejos, advertencias en todas las formas posibles.  Creando una ola de información que se estrella directamente contra nuestro cerebro, costumbres, rutinas o hábitos de desarrollo y coexistencia social.  Por lo cual reaccionamos en muchas ocasiones de forma resistiva y ponemos en duda todo lo que está ocurriendo.

En el diccionario se define la palabra DUDA como, “Estado de quien no esta seguro de una cosa o no se decide entre dos juicios u opciones, por falta de determinación ante varias posibilidades de elección.  También es la vacilación o falta de firmeza en la fe religiosa.”

Por otro lado, el diccionario define la palabra FRACASO como, “Un resultado negativo o adverso al que se llega por realizar una acción cualquiera, sin conseguir los objetivos deseados. También puede ser un suceso lastimoso e inopinado, es decir algo que sucede inesperadamente o sin haberlo pensado.

Pensar que se ha fracasado por no haber tomado las decisiones correctas o por haber dudado de lo que se estaba haciendo, puede dar como consecuencia una serie de sentimientos o emociones adversas tales como, la FRUSTRACION, el DESANIMO, la TRISTEZA, la DESEPCION o la falta de ASPIRACIONES.  Colocándonos en una posición vulnerable donde se puede experimentar sentimientos de insatisfacción o de fracaso por no haber alcanzado los objetivos deseados.  Lo cual nos hace sentir imposibilitados de cumplir o satisfacer nuestras necesidades.  Afectando nuestro estado anímico y bajando las defensas de nuestro cuerpo, por lo cual podemos experimentar un cansancio corporal que nos impide realizar nuestras actividades habituales.

Yo en lo personal me apoyo mucho en lo que la biblia nos enseña.  En Proverbios 22:3 dice, “El prudente ve el mal y se esconde, pero los ingenuos pasan y reciben el daño.” No soy un predicador, pero me gusta apoyarme en conceptos que me inspiran a ser mejor cada día y que me ayudan a elevar mi autoestima convirtiéndome en un mejor ser humano. Durante este tiempo de pandemia he tratado de seguir todos los lineamientos de salud y limpieza establecidos para mantenerme protegido del COVID-19.  He asistido a reuniones donde no ha habido mas de 10 personas en una misma sala, he usado mi mascara todo el tiempo, me he lavado las manos con frecuencia y siempre tengo un desinfectante de manos conmigo.  No me he quedado completamente encerrado en casa, pero cuando he tenido que salir a trabajar, realizar compras, distraerme un poco caminando en parques o lugares al aire libre siempre he practicado el distanciamiento social.

Sin embargo, de una forma inesperada y sin saber ¿Cómo? o ¿Donde ocurrió?, mi esposa y yo nos contagiamos con COVID-19.  La situación no fue alarmante, ya que siempre hemos tratado de comer muchas frutas, verduras, tomar suplementos vitamínicos, hacer ejercicios y divertirnos haciendo las cosas que nos gustan dentro de casa.

Así que lo primero que hicimos fue realizar una cuarentena voluntaria, avisarles a nuestros amigos y familiares para que nadie nos visitara. Y desde el primer día nuestros amigos no nos dejaron solos, nos enviaban mensajes de texto, nos hacían video llamadas e incluso organizamos reuniones vía zoom para jugar con ellos.  Así de esta forma se cumplió en nuestras vidas lo que dice en Proverbios 17:17, “En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para el tiempo de angustia.” Nosotros aprendimos que sin importar las circunstancias los buenos amigos siempre están cerca para ayudar, y lo mismo debemos hacer nosotros cuando alguno de nuestros amigos este pasando por una situación similar.

Algunos de nuestros amigos nos ofrecieron ayuda para darle mantenimiento al exterior de la casa donde vivimos, otros nos ofrecieron comprarnos lo que pudiéramos necesitar y dejar las cosas en la puerta de la casa para que nosotros no tuviéramos que salir.  En 1 Tesalonicenses 5:11 dice, “Por lo cual, consolaos los unos a los otros, así como lo hacéis.” La verdad, yo pensé que al saber que teníamos COVID-19 nadie desearía pasar cerca de nuestra casa, pero afortunadamente me equivoque y mis amigos me demostraron que no hay que tener miedo, sino precaución y no bajar la guardia en ningún momento.  Ya que si seguimos todas las recomendaciones tendremos menos probabilidades de adquirir la enfermedad del coronavirus y a pesar de las circunstancias todavía podemos prestar servicio a otros que necesitan de nuestra ayuda.

Al estar en cuarentena descubrí que también estaba equivocado en el concepto actual que tenía con relación al tiempo, ya que cuando era niño me parecía que la tierra giraba sobre su propio eje con mucha lentitud y gracias a ello los días eran muy largos para mí.  Pero ahora en mi edad adulta me parece que la tierra gira mucho más rápido y mi percepción del tiempo es que el reloj siempre se mueve muy de prisa y no me alcanza para completar mis tareas diarias. Pero al estar sin hacer nada me di cuenta de que soy yo el que siempre tiene prisa, por tener demasiadas tareas programadas para realizar y en Lucas 12:25 dice, “¿Y quien de vosotros podrá, con afanarse, añadir a su estatura un codo?”.  Así que es mejor simplificar el modo de vivir y disfrutar mas de las cosas que nos gusta realizar al planificar nuestras tareas de tal forma que tengamos suficiente tiempo libre todos los días. Así podremos reducir o eliminar el vivir con PRISA nuestras vidas.

Otro aspecto importante es aprender a utilizar sabiamente nuestro tiempo libre, en actividades que nos ayuden a mantener la salud física y mental.  Nosotros durante el tiempo de confinamiento a pesar de las circunstancias que estábamos viviendo, siempre mantuvimos una actitud positiva y yo me dedique a escribir mi próximo libro.  También aprovechamos el tiempo para disfrutar de actividades recreativas en familia, superando la fatiga, los síntomas y el dolor causado por la enfermedad.  En Efesios 5:15-16 dice, “Mirad, pues con cuidado como andes, no como necios, sino como sabios aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Así que, en lugar de afligirnos, desesperarnos o quejarnos es mejor buscar lo positivo de cualquier circunstancia negativa que nos afecte para sobrellevar las consecuencias con un espíritu de lucha y tratar de encontrar la motivación que necesitemos para no dejarnos vencer.

Y por último lo más importante y que debería ser el eje sobre el cual deberían giran nuestras vidas para encontrar el balance, la sabiduría, el consuelo y las fuerzas necesarias para perseverar en medio de la adversidad o la desgracia es que deberíamos “Acercarnos a Dios porque así Dios se acercara a NOSOTROS, (Santiago 4:8)”. Sin dudar, PARA BIEN DE NUESTRAS VIDAS; porque el que duda en el día de angustia corre el riesgo de tener sus fuerzas limitadas y puede encontrar el fracaso. (Proverbios 24:10)

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