El final de la“ Niña De Mis Ojos” será la próxima semana y hoy les presento el quinto capítulo espero les guste.
Los días siguientes fueron de mucha tranquilidad, el ambiente de la casa estaba lleno de alegría todo el día, pero con una gran diferencia, porque desde que saque el cuadro del ático y lo coloque en mi cuarto, ella comenzó a caminar libremente por toda la casa sin importar si era de día o de noche. Cuando mis hijas hacían sus tareas escolares en la sala (sentadas en el suelo) Ella también estaba allí a un lado de la mesa del centro, observando como mis hijas escribían o dibujaban en sus cuadernos. Cuando nos reuníamos para compartir lo que nosotros llamamos “Una Noche De Hogar” ella se sentaba en el sillón más pequeño en una esquinita y sonreía mientras nos veía jugar.
Parecía como si estuviera participando activamente y conviviendo con nosotros en todo lo que hacíamos. Yo me acostumbré a verla siempre cerca de mí, de tal forma que comencé a sentirla como parte de mi familia. No sé en qué momento comencé a llamarla “hija”. Aunque parezca increíble ya estábamos en el mes de junio del año 2011 y exactamente celebrando el día de los padres en la iglesia. Mis hijas me regalaron chocolates y tarjetas que ellas mismas elaboraron. Al caer la noche yo no podía dormir, me sentía frustrado porque a mi propio juicio y a pesar de proveer todo lo que necesitábamos ¡Yo quería tener un mejor salario! También disponibilidad económica para poder salir de vacaciones. Mientras meditaba acerca de cómo encontrar otro trabajo o como aumentar mis ingresos trabajando desde casa, me acosté sobre el piso de frente a la chimenea. Así estaba, cuando lentamente la puerta de mi habitación se abrió dejando escuchar un rechinido suave. Yo sonreí al ver que ella comenzó a caminar
directamente hacia mí. Ella me sonrió y extendiendo su mano me dio un trozo de papel blanco. Yo lo observé y le di la vuelta. Era una tarjeta elaborada por ella misma; pintada de muchas rayitas de colores (azul, rosado, verde, amarillo) y en una de sus esquinas en la parte superior tenía un cuadro donde escribió una frase que no podía comprender ya que le faltaban letras. La leí varias veces hasta que entendí que decía HAPPY FATHERS DAY y en la parte inferior había escrito su frase favorita “I love you dad” esa muestra de amor me conmovió totalmente, entonces le respondí “I love you too”. A partir de ese momento me llene de un sentimiento de lucha y superación
prometiéndome a mí mismo que sin importar las circunstancias mantendría una actitud positiva hasta lograr mis metas. Después de esa noche en que había recibido algo tangible de manos de alguien que no tenía un cuerpo físico, todos los sucesos extraños que ocurrían a diario me parecían normales. Rápidamente llego noviembre con la celebración del día de acción de gracias. Mis hijas querían que decoráramos la casa y pusiéramos un árbol de navidad natural, pero yo sabía que no podía cumplir con sus deseos. Mi tarjeta de crédito ya no daba para más. No tenía dinero en mi
cuenta de ahorros. No había vendido piñatas. Mi próximo pago seria en tres días y solo contaba con $20 dólares para terminar la semana. Después de dejarlas en la escuela, un calor extraño se apodero de mi cuerpo impulsándome en dirección del supermercado. Al llegar me bajé del carro y comencé a caminar como entre nubes, de forma automática sin escuchar sonidos, dejándome guiar por una sensación extraña que movía mi cuerpo e inhibía mi voluntad. De forma inconsciente casi obligado coloque en la carreta del supermercado todo lo que necesitaba. Después hice la cola para pagar. La cajera me veía a los ojos mientras pasaba uno a uno todos los artículos sobre el lector de precios. Yo estaba como en
otra dimensión observándolo todo; hasta que la cajera dijo: -Son $17.50. En ese momento fue como si hubiera despertado de golpe y reaccione incrédulo. El carrito estaba a la mitad de lleno y ella solo me estaba cobrando $17.50. Así que le pregunte ¿Cobraste todo lo que llevo? Ella respondió: -Si, ¡Claro que cobre todo! De no ser así, lo tendría que pagar yo misma. Luego me miró fijamente por unos segundos y agrego: -Me gustan tus lentes de contacto, pareciera que tienes a una persona dentro de tus ojos reflejada permanentemente ¡Nunca había visto unos lentes de contacto iguales a los tuyos! Yo estaba atónito, porque nunca he usado lentes de contacto.
Después la señora que estaba detrás de mí en la fila me toco el brazo y me dijo: -Tu hija se soltó del carrito y salió corriendo hacia afuera. Entonces yo pague y Sali del supermercado. Pensando ¿A quién habrá visto la señora? Porque ninguna de mis hijas estaba conmigo. Cuando llegue a casa y revise el recibo de compra observe que la cajera cobro todos los artículos, pero a un costo de $0.50, $0.25, $0.15 centavos cada uno de ellos. En otra ocasión que fuimos a los parques de universal nuestros tiquetes no funcionaron y no pudimos entrar. Así que fui al servicio al cliente para saber qué había pasado. Me respondieron que estaban bloqueados por falta de pago. Mis hijas me preguntaron ¿Los vas a pagar? Nosotras queremos entrar al parque. A pesar de que ya me habían depositado mi salario, no podía
pagarlos. Un señor que observo todo lo que nos pasaba, se acercó a nosotros y me dijo: -Que bella es tu hija más pequeña, se parece a una de mis nietas así de rubia como la tuya. Si no puedes pagar los tiquetes ¡Yo sí puedo! El dinero no es problema para mí. Saco una tarjeta de su bolsillo y pago los tiquetes por todo un año. Así siguieron uno tras otro una serie de sucesor extraños pero favorables para mí. Comencé a recibir cupones de descuento de $2.00 o $3.00 dólares en muchos de los productos que regularmente compraba. Cupones de compre uno y lleve el otro gratis. También comenzaron a llegar por el correo muestras gratis de toda clase de productos de limpieza e higiene personal. Personas que me debían dinero por trabajos realizados y que no me había pagado me llamaban para que fuera a buscar lo que me debían. Parecía que la falta de dinero estaba dejando de ser un problema. Encontré un trabajo estable en un lugar maravilloso con personas sorprendentes, donde me pagaban bien y tenía el tiempo suficiente para compartir con mis hijas. Además, podía participar en sus actividades escolares. Se convirtió en algo frecuente el
recibir propinas generosas o que otras personas pagaran por lo que yo necesitaba de forma inesperada. Aun sabiendo que no era normal que la gente me regalara dinero, tampoco que pagaran por mis compras y peor aún que yo lo aceptara; deje que la situación continuara sin hacer nada por cambiar el hecho de recibiré tanta ayuda. Y aunque yo mismo pensaba que estaba mal ¡No me importo! como se estaban desarrollando los acontecimientos en esa etapa de mi vida. Aunque si me inquietaba el hecho de que las personas me dijeran frecuentemente que la silueta de una niña se reflejada en el interior de mis ojos todo el tiempo. Otras personas me decían: “Que bonita tu hija de pelo rubio” Yo no podía comprender como era posible que en algunas ocasiones alguien la pudieran ver. Así continuo mi vida aparentemente con cuatro hijas, tres de ellas pasaban casi el día entero en la escuela y la otra me seguía a todos lados; con la estabilidad económica llego también mi estabilidad emocional por lo cual sentí la necesidad de relacionarme un poco más con personas de mi edad y comencé a asistir a reuniones de grupos de adultos solteros, asistía a bailes y convenciones solamente por diversión pero un 14 de febrero del año 2014, en un baile
de los enamorados sucedió lo inesperado ¡Encontré El Amor! Mis hijas recibieron la noticia con agrado y estaban contentas de que tuviera novia. Mi relación sentimental avanzo muy rápido al grado de comprometerme en matrimonio después de un corto periodo de noviazgo y fijar nuestra boda para el 11 de octubre de ese mismo año. La noticia de mi próximo matrimonio no fue muy bien aceptada en casa. Mis hijas estaban reunidas en la sala haciendo sus tareas escolares cuando se los dije. Esa noticia cambio mi mundo mágico “Bruscamente De Blanco a Negro” en un solo instante; cuando las cuatro levantaron la mirada hacia mí de forma desafiante. Los ojos de mis tres hijas parecían lanzar chispas de luz roja que explotaban fuera de sus ojos a través de su mirada. El dulce rostro de mi pequeña traviesa mostraba enojo. Su enigmática pero dulce mirada, se volvió huraña, casi agresiva al perder el brillo que iluminaba sus ojos y que en ese instante golpeaban directamente sobre mí de forma penetrante; al grado de provocar que un terrorífico escalofrió comenzara a recorrer todo mi cuerpo.
CONTINUARA…
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