
Sentado sobre una mesa vacía, sosteniendo en mi mano derecha un bolsito lleno de monedas, con la mirada fija sobre la rockola de la única cantina que había en mi barrio. Pensaba en…, ¿Cuál sería la próxima canción que seleccionaría para escuchar? Mientras mi corazón se agitaba y la sangre de mis venas enardecía al compás de la música. Tenía aproximadamente nueve años y no conocía la palabra vergüenza. Así que sin importar lo que los borrachos dijeran, yo cantaba a todo pulmón siguiendo las notas musicales de la canción que sonaba en ese momento.


Durante las últimas semanas he estado muy ocupado en diversas tareas. También nos estamos mudando y no he podido publicar con la frecuencia que me gusta hacerlo, pero no he dejado de escribir. Así, que muy pronto comenzare a publicar nuevas historias, poemas y artículos que yo sé, les van a gustar.