(La niña de mis ojos es de cuatro capítulos, pero para que los capítulos no fueran muy largos la dividí en seis partes. Así que hoy no es el final y ahora acompáñenme a leer y sentir la emoción de la cuarta parte.)
En mi sueño parecía que estaba flotando en medio de la oscuridad. Sin saber exactamente dónde estaba, comencé a moverme cruzando paredes hasta que llegue a una calle desconocida donde mi cuerpo se mesclaba con el viento que movía las hojas de los árboles, la sensación era fascinante porque estaba flotando sobre la superficie de un suelo cubierto de piedras y de repente ella sujeto mi mano, sus ojos negros eran grandes y redondos, su piel blanca con una boca pequeña que parecía cereza, su nariz respingada pero perfectamente acoplada a las formas de su rostro y su pelo una mescla de castaño y rubio.


Cuando te veo… Jamás se distinguir si estoy dormido o despierto. Y un escalofrió recorre mi cuerpo. Mientras mi piel se eriza !Yo veo tu reflejo en el espejo! Porque… Aunque no estés físicamente a mi lado !Vives en la luz de mis ojos! Que como fotografía reflejan tu rostro en mis pupilas; porque desde que apareciste en mi vida… Te has convertido en la niña de mis ojos.