Alguien me ha pedido que escriba un poco de mí. De cómo me inspiro para escribir mis libros. De cómo me preparo para conversar en público, dar charlas motivacionales, clases de escuela dominical o lecciones de un tema específico. Me ha tomado un poco de tiempo decidirme a hacerlo y he decidido comenzar hablando del primer libro que escribí. Espero no haberme excedido porque esta publicación está un poco larga, pero de igual forma me gustaría que la leyeran completa y disfruten de la lectura.
Cuando era niño vivía en un lugar llamado Pueblo Nuevo Suchitepéquez, (un pueblo pequeño) habitado en su mayoría por indígenas (casi todos descendientes mayas). Yo era un niño muy extrovertido (totalmente diferente a como soy actualmente). A pesar de mi corta edad ya sabía cómo elaborar pan; porque me gustaba pasar largas horas en la panadería que estaba detrás de la casa donde vivía. ¡Me gustaba mucho! Ayudar a hacer pan y especialmente cuidarlo cuando se estaba horneando, ya que su olor era fascinante para mí; a tal grado que podía pasar largas horas allí sin sentir cansancio. También disfrutaba mucho los largos paseos que daba por las calles del pueblo, cada vez que mi hermana (quien era mi tutora, porque vivía con ella y su esposo) salía para asistir a la escuela que estaba ubicada en otro pueblo cercano a donde vivíamos.
