La luz del nuevo día comenzó a brillar sobre Jutiapa, disipando sombras de confusión y dolor con la calidez del sol, que energéticamente comenzó su ascenso sobre el cielo jutiapaneco. Los pájaros comenzaron a cantar en sus nidos. Las flores a esparcir su olor. El viento frio de la mañana a mover las ramas de los árboles y el gallo de la vecina a llenar el ambiente con su canto. Parecía que la luz del sol envolvía todo la que tocaba; como invitando a cada persona que se estaba preparando para salir a trabajar a sentir la perfección del nuevo día en su corazón.