En muchas ocasiones no hace falta pensar en el mañana ya que basta con aprender a vivir el presente sin dejar escapar una sola oportunidad para servir y amar.
¿Quién movió la fotografía? Esa fotografía, que cada mañana al despertar observaba colgando sobre la pared; de frente a mi cama. Esa fotografía, que me hacía recordar ¡Lo feliz que fui! Y ¡Lo feliz que quiero volver a ser!
¿Quién movió la fotografía? Esa fotografía, donde me veía sonriendo de forma innegablemente radiante con luz propia en mis ojos, reflejando la fuerza de mi juventud.
