Yo continuaba soñando despierto con las aventuras que podría experimentar al explorar los alrededores del rio, cuando sorpresivamente el bus freno de forma abrupta impulsándome hacia adelante mientras mi cabeza golpeaba el sillón de enfrente. Mi hermana se rio por lo ocurrido y luego dijo, “Que bueno que te hayas despertado con un golpe, eso te pasa por andar vomitando cada vez que salimos de viaje”. Luego comenzó a caminar buscando la salida del bus, cargando en sus brazos a mi sobrina mientras yo caminaba detrás de ella, porque ya habíamos llegado a donde nos teníamos que bajar.
